El deficiente suministro de agua potable ha obligado a los moradores de Villa Consuelo y Villa Juana a comprar bombas “ladronas” para succionar de las tuberías pequeñas cantidades del líquido.
Basta pasar por la calle Marcos Adón, entre la Francisco Henríquez y Carvajal y la Barahona, para ver decenas de estos artefactos bordeando una pequeña cisterna, que los residentes de este sector se ven precisados a llenar con camiones de agua por los que pagan entre los 800 y 1,000 pesos.
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